Blog

  • Los 7 secretos de las personas que caen muy bien a la gente

    Nadie lo pregona, todo el mundo lo disimula, pero lo cierto es que todos queremos caer bien a los demás –somos más sociales de lo que aparentamos ser…. Pues dependemos los unos de los otros nos guste o no. Tenemos cantidad de convicciones sobre porqué no caemos mejor a los demás… y aunque la mayoría son falsas, nos las creemos. Ya nos va bien así. En parte usamos nuestras “sólidas” creencias, para no entrar en terreno pantanoso. Si ya he llegado a una conclusión (verdadera o no), pues tema cerrado: ya no tengo que pensarlo más.


    Image credit: mangostock/123RF Foto de archivo

    Pero si quieres ir un poco más lejos, si quieres profundizar un poco más, en seguida ves “porqué” unas personas caen mejor a los demás que otras. Son encantadoras, genuinas y alegran el corazón de aquellos a los que tratan. Y lo más asombroso: una vez que detectas las verdaderas causas por las que gustan a los demás, descubres que hay cosas concretas que puedes hacer, para caerle mejor a tu jefe, colegas, colaboradores, clientes, amigos o extraños. Estas son:

    1. Demostrar un interés genuino por la otra persona

    La mayor parte de nosotros vamos cortos de reconocimiento social. Y cuando alguien te presta verdadera atención, sabe traer a colación aquello en lo que tú destacas, y te hace ver que realmente es así y porqué… jamás lo olvidarás. No estamos hablando de “hacer la pelota” o ser “fisgón”; sino de contemplar, simplemente y con reverencia, la esencia de lo más positivo del ser humano que tienes delante.

    Cuando conoces a alguien que se conduce así, aunque lo trates solamente un rato, te hace sentir mejor de lo que te has sentido durante toda la semana… Y lo más peculiar: cuando se va, te das cuenta de que no sabes nada de él/ella… Esto le confiere un aura adicional de misterio que atrae.

    1. Asumir que caer bien no es sencillo

    Es razonable no caer bien a todo el mundo. La “química”, estas sinrazones epidérmicas que nos aparean mejor que cualquier razonamiento lógico, está siempre presente. Pero las personas que caen bien, hacen cosas concretas para caer bien, aunque son conscientes de que no siempre funcionan. Sin embargo en la habilidad de caer bien están evolucionando constantemente, porque llevan a cabo un proceso prueba-error sin fin… que no abandonan porque saben que si no retroceden… No es por nada que de mayores nos volvemos huraños… Todos hemos conocido a algún/a “viej@ cascarrabias”…

    “Caer bien” no es una cuestión de vanidad o practicidad. El objetivo es hacer sentir mejor a los demás, interactuar de manera más fluida con otras personas… y como resultado sentirse mejor con uno mismo. Todo ello motivo suficiente para intentarlo… aunque no sea fácil.

    1. Mostrarte seguro de ti mismo… sin parecer prepotente

    La persona que vive demasiado centrada en sí misma no cae bien. No deja espacio para los demás. Tampoco es necesario ceder todo el espacio a la otra persona; la clave está en buscar un equilibrio…

    Por bueno que seas o por mucho que brilles en tu campo de actividad, no busques que te rindan pleitesía. Compórtate con sencillez, y muestra una genuina alegría por estar con otras personas. Rudyard Kipling lo expresó con magistral belleza: “Si puedes hablar con multitudes y conservar tu virtud…o alternar con reyes y no perder tus comunes rasgos…”

    1. No competir con los demás… ser uno mismo…

    Mucha gente, al conocer a otra persona –o como forma habitual de “socializar”-, trata de demostrar que es mejor que tú en alguna cosa… Es absurdo caer en la trampa y entrar al trapo… Déjales que sean mejores… ¿y qué? Admitir fallos o debilidades atrae más que la perfección siempre algo “artificial”. Esta puede deslumbrar por un momento; pero a la larga nos sentimos atraídos por lo auténtico… aunque imperfecto.

    1. Despídete de forma original

    “Original” no quiere decir rabiosamente creativa o innovadora… Se refiere a la manera muy individualizada y natural de terminar un contacto o entrevista… un poco alejada de las formas estándar al uso. Es mejor un “ha sido muy agradable hablar contigo”… que “ha sido una cena muy grata”… Es importante causar una buena primera impresión… pero también lo es saber clausurar adecuadamente un encuentro.

    1. No pedir nada

    Si quieres algo de alguien no vayas demasiado abruptamente “al grano”. Esto puede hacer que una relación que ha empezado bien, de pronto se estropee. No nos gusta la gente que va descaradamente detrás nuestro por una razón muy específica. Si en verdad necesitas algo de alguien, primero intenta ver que puedes hacer tú por esta persona, y luego, busca una manera elegante de manifestar lo que tú estás buscando.

    Las personas que de verdad atraen a las demás personas, son las que focalizan su atención en lo que “ellas” pueden hacer por los demás…

    1. Amar a las demás personas

    Sé que suena un poco cursi, pero lo digo de manera literal. Amar quiere decir tratar a los demás con responsabilidad, cuidado, respeto y conocimiento, -como decía Erich Fromm. Finalmente a los humanos es más lo que nos une que lo que nos separa. Tenemos mucho en común: el mismo origen, vicisitudes parecidas y el mismo final. Compartimos un mismo planeta, y tenemos que compartir los mismos recursos. Si viéramos a los demás como una parte de un todo al que todos pertenecemos, el aprecio y la solidaridad surgirían entre nosotros sin ningún esfuerzo. Son los reinos de taifas los que acaban con la concordia… Mientras que si cooperas con los demás, te lo devolverán mil veces sin tú buscarlo…

    ¿He olvidado algo?

    Compartir entrada en:

  • 8 pasos para ser más feliz

    Según Sonja Lyubomirsky.

    ¿Añadirías algún paso adicional que te parece importante tener en cuenta?

    Compartir entrada en:

  • Acaba con tus pensamientos negativos en 7 días

    Pocas personas dudan que nuestros problemas, radican menos en las circunstancias que en cómo las afrontamos. Son muchos los individuos que afirman –y aparentemente creen- que la clave del bienestar personal es cultivar un optimismo realista-constructivo. Casi todos estamos convencidos de que la felicidad no es un lugar al que “se llega”, sino “una manera de viajar”. Y sin embargo, nuestra propensión a alimentar pensamientos negativos –que a fuerza de insistir a veces se hacen realidad- parece incontenible.

    Es cierto; no es fácil anular nuestros propios pensamientos negativos. Estamos hechos para la supervivencia, y por tanto para identificar muy rápidamente los “peligros” que nos acechan. Vivimos más centrados en las amenazas (a nuestra supervivencia) que en las oportunidades (para ser felices). El pensamiento positivo y las buenas vibraciones que conlleva son, pues, algo que nos parece forzado y que en general no surge en nosotros de manera natural.

    Y sin embargo, en 7 días (hay quien afirma que se necesitan 21), puede revertirse esta tendencia. Para ello, prueba a llevar a cabo el siguiente programa:

    1er. día:

    Pega con cinta adhesiva en el anverso de tu teléfono móvil, un papel plastificado en que ponga: HOY NO PENSARÉ MAL DE MI. Lo que a lo largo de los años nos decimos en negativo respecto a nosotros mismos, tiene un efecto dramático en nuestro bienestar y en nuestra salud emocional… Empecemos por –al menos- no desprestigiarnos a nuestros ojos.

    2º día:

    El ejercicio del día anterior te habrá dado cierta constancia de cuáles son los pensamientos negativos recurrentes, con los que sueles flagelarte mentalmente. Cada uno tiene los suyos propios. Acostumbran a ser del tipo “no soy lo bastante bueno profesionalmente”, “no me lo merezco”, “no caigo bien a la gente”…. etc. Escribe los 4 que más frecuentemente aparecen en tu mente, en un papel (que luego plastificarás y llevarás en el bolsillo que más utilices) en que ponga: PROHIBIDO PENSAR: (tal, tal, tal y tal…: es decir, los 4 pensamientos negativos en cuestión…)

    3º día:

    Hoy ya tendrás claro que los pensamientos negativos con que sueles martirizarte tienen una característica común: cuestionan tus comportamientos del pasado y/o tu capacidad para afrontar el futuro… Ahora conviene hacerse consciente de la importancia de aprender a CENTRARSE EN EL AHORA… apenas aparecen tus pensamientos negativos. Hacerlo, cancela de inmediato su efecto maléfico. Lo que nos decimos es tan sutil, que a veces no percibimos su influencia en nuestro estado de ánimo y/o en nuestro sistema de creencias. Se trata de aprender a percibirlo en seguida.

    4º día:

    El cuarto día es el de inicio del aprendizaje del proceso de sustitución; se trata de… ¡ser más felices! El objeto de centrarse en el presente no es mantener pensamientos incoloros… Ahora produzcamos pensamientos positivos: es más fácil si dejas de juzgarte, si te imaginas aceptándote a ti mismo… Escribe y plastifica estos cambios de paradigma a positivo, así: MIS 4 ATRIBUTOS DESTACABLES (y los relacionas a continuación)… y te los lees cada 60 minutos hasta que surjan en tu cabeza por si solos…

    5º día:

    Ha llegado el momento de trabajar las acciones que suscita el pensamiento. Tenemos una tendencia natural a comportarnos de acuerdo a lo que pensamos.  Observa como si piensas que destacas en algo, te es más fácil hacer más en este terreno… ¡y lo haces mejor! Al principio te faltará la verdadera convicción. Es igual: ACTÚA COMO SI ESTUVIERAS COMPLETAMENTE CONVENCIDO de que posees esos 4 atributos destacables. Crea un papel plastificado con esta frase en mayúsculas (las palabras en mayúsculas “te gritan”), y léela cada dos horas.

    6º día:

    Localiza lo que despierta tus pensamientos negativos. A lo largo de la vida creamos asociaciones que ponen en marcha estos pensamientos negativos: son lugares, actividades, objetos, personas, conversaciones… Identifica estos detonantes y erradícalos de tu vida. El trabajo de hoy es ir creando una relación de DETONANTES DE MI NEGATIVIDAD–vía pequeñas paradas de atención a la cuestión cada 30-60 minutos-. AL final del día confecciona un pequeño plan de acción para desactivar permanentemente estos detonantes, y llévalo contigo como recordatorio tanto tiempo como haga falta. (Llegará un momento en que ya no lo necesitarás).

    7º día:

    CREA (y escribe) ARGUMENTOS POSITIVOS que refuten lo que te dices en negativo. Repasa tu trabajo del 4º día y dale volumen y convicción. No una convicción falsa sino asentada en hechos reales. ¿Cuáles son tus verdaderos puntos fuertes? ¿En qué has demostrado “ser bueno” en el pasado? Piensa en aquello que te gusta de ti mismo. Esta línea de pensamiento te llevará a desarrollar tu verdadero potencial, en lugar de auto limitarte con opiniones negativas sobre ti mismo.

    Después de estos 7 días, te sentirás más segur@, poderos@, capaz. Si has seguido los pormenores de todo el ritual (escribir, plastificar, atención periódica….) estarás mejor posicionado para erradicar ¡por fin! los pensamientos negativos de tu vida. Atiende ahora al mantenimiento de esta nueva actitud que has creado para ti. La manera más fácil de hacerlo es repetir el proceso… hasta que internalices tu nueva realidad mental. Es así de fácil… y así de difícil.

    ¿Se te ocurre –o has utilizado- una manera mejor de acabar con tus pensamientos negativos? 

    Compartir entrada en:

  • Cómo efectuar giros en la propia profesión o hacia una nueva

    Desde el empleo o desempleo, muchas personas están insatisfechas con su trabajo –o falta de-… Se estima que más de un cuarenta por ciento de la población activa, experimenta esta clase de insatisfacción de manera casi crónica… aunque en España este porcentaje puede que sea considerablemente mayor… Al parecer, pocas son las personas que aciertan a hacer algo que resuelva este lamentable estado de cosas. Analicemos el tema.

    El “insatisfecho” tiene tres opciones:

    1. Sopesar si cambiar de rumbo profesional o no.
    2. Conseguir un buen empleo, similar al que tiene…o tenía.
    3. Establecerse por su cuenta.

    En cualquiera de los tres casos deberá romper con una parte de su pasado, para labrarse una nueva situación laboral. Además tendrá que hacer cosas que no ha hecho hasta hoy: es el único camino para avanzar progresivamente hacia el trabajo que de verdad satisface a cada uno.

    Hacer cosas nuevas no solamente es una exigencia externa; también evolucionamos y nuestras prioridades cambian. Quizás de más jóvenes nos hace más falta el dinero, y luego buscamos tareas con más significado. Entonces el reto que se nos plantea es cómo “convertir valor en precio”…

    Para avanzar hacia la realidad profesional que me gustaría para mí, suele ser más efectivo no hacer cambios demasiado drásticos o por impulso; es preferible moverse gradualmente. El ideal, es poder concederse la oportunidad de ir madurando un giro profesional, y dirigir progresivamente nuestros pasos hacia un nuevo rumbo de manera deliberada. Y este ejercicio aparentemente un tanto acrobático, puede iniciarse en cualquier momento y las veces que haga falta.

    Para ello basta darse cuenta de que cualquier trabajo u ocupación consta de dos elementos básicos: un puesto o cargo que define lo que la persona hace –para lo que necesita unas aptitudes concretas- y un sector o segmento de actividad que influye en los contenidos de las tareas propias del puesto.

    Veamos como operar con un ejemplo. Supongamos que soy el Director Financiero de una multinacional que fabrica cepillos de dientes, y al cabo de los años pienso que en realidad lo que me gustaría, es hacer de Formador en Habilidades Directivas. Si desde mi puesto de Director Financiero empiezo a ofrecer mis servicios como Formador en Habilidades Directivas puede ocurrir:

    • Que nadie me de una oportunidad porque no puedo exhibir ninguna experiencia.
    • Que tenga la suerte de que me den la oportunidad. Pero entonces puede pasar:

    1. Que no me halle en mi nueva tarea, y me entren dudas de si me interesa o no.
    2. Que lo haga muy mal y me cueste encontrar una nueva oportunidad.
    3. Que en seguida me salga bien y me encuentre cómodo en mi nueva tarea.

    Pasar pues de una situación profesional a otra muy diferente, ya se ve que es un paso difícil aunque no siempre impracticable. Más fácil sería en el caso que nos ocupa, avanzar del siguiente modo:

    a) Buscarme un puesto de Director Financiero en una empresa de consultoría y formación en habilidades directivas, y una vez allí iniciarme como formador, o…

    b) Iniciarme como formador en temas de finanzas en una escuela de negocios, y una vez allí incluir temas de Habilidades Directivas en mi actividad docente.

    Este proceso es aplicable a la mayor parte de situaciones de cambio de carrera, y su modus operandi es el que se expone en la figura tal como se ha explicado. Su principal virtud es que facilita un cambio de carrera en sus dos vertientes más delicadas: 1. Como acceder a una profesión alejada de la nuestra actual y 2. Como desenvolverse con éxito en ella.

    A pesar de la sencillez aparente de este proceso, hay que respetar los riesgos que un cambio de carrera comporta. El principal es quizás descubrir después de una buena inversión en tiempo y dinero, que… “¡oh! Esto no es lo que yo pensaba…” Este riesgo puede paliarse de muchas maneras. Una es acompañando un par de días en su hacer laboral, a una persona que está en nuestra situación profesional objetivo, para ver antes de embarcarse de que se trata su cometido. Aunque por supuesto que en todas las circunstancias laborales azarosas, la mejor forma de reducir riesgos es haberse generado antes un plan alternativo o plan “B”.

    ¿Puede serte útil esta propuesta, para la gestión de tu propia trayectoria profesional?



    Compartir entrada en:

Page 13 of 21« First...10«1112131415»20...Last »
prueba